Reflexiones, Teoría y Cultura de Diseño

25 agosto 2004

El Proyecto en Diseño

El programa de una antropología crítica del proyecto.Segunda intervención: Algunas sugerencias de un texto de Fichte

Miquel Mallol i Esquefa - Universidad de Barcelona

Presentación

Una vez más tenemos la oportunidad de colaborar en la Reunión de historiadores y estudiosos del diseño. Su condición de encuentro cuya finalidad es la de llevar a cabo un verdadero debate entre profesionales y especialistas, es, a nuestro entender, lo que genera su peculiaridad y su gran interés. No se trata necesariamente de exponer largos trabajos de investigación ni de alcanzar algunas urgentes conclusiones operativas. Pero tampoco se trata de meras discusiones de locuacidad de pasillo, tan habituales en la constante promoción del mismo diseño. Continuamos entendiendo que el atractivo de esta Reunión radica precisamente en que hace posible compartir de manera meticulosa y serena las distintas experiencias que proceden de la raíz proyectiva de nuestro mismo trabajo cotidiano; y ello sin necesidad de disimulos.

De acuerdo con este criterio general, lo que pretendemos exponer a continuación viene a ser sólo la prolongación de un cometido que ya nos habíamos planteado en la anterior convocatoria. En el marco de la labor profesional y académica, habíamos iniciado la lectura de un texto (Boutinet, Jean-Pierre: 1990-1996) 1 que parecía ofrecernos una buena ayuda para la articulación crítica del carácter histórico fundamental del diseño y las preocupaciones operativas de su misma actividad proyectual. En esta ocasión nos centraremos en la lectura de uno de sus apartados, el dedicado a J.G. Fichte. Este apartado ha adquirido un interés especial para nosotros al compararlo con un pequeño texto de éste mismo pensador al que ya teníamos mucho aprecio, puesto que parecía sugerirnos (acertadamente o no) que tal vez el desarrollo actual del diseño ha tomado una base argumental mucho más específica de lo esperado. Sin embargo, tendremos siempre presente que un caso limitado como el diseño no debe interpretarse a la ligera con conceptos de alcance tan general y absoluto como los de la filosofía fichteana.

Aclaraciones

Antes de entrar en el esbozo de algunas de las cuestiones que, respecto al proyecto, pueden se comprendidas a partir de la "doctrina" fichteana, creemos necesario exponer unas cuestiones previas.

Sabemos que podría sorprender que se aplique la lectura de textos filosóficos a los problemas teóricos y prácticos del diseño, incluso prodría parecer un exceso de academicismo en este terreno caracterizado hasta hoy por la urgencia y la impaciencia. Pero, de hecho, esto no es una novedad; basta con una lectura objetiva de los escritos de la misma tradición antigua y reciente del diseño, (incluso una observación atenta a folletos, a memorias de presentación profesional o a los mismos debates en las mesas de gestión), para comprobar que siguen profusamente vigentes temas tan filosóficos como la belleza, la función, el trabajo, los artefactos de uso, la tipología, etc.. En este sentido, nos permitimos recordar al mismo Bonsiepe o a textos más recientes de Bürdek, Manzini, Fry, incluso Buchanan y Margolin. Son otras actividades proyectuales las que tienen la oportunidad de hacer abstracción de todas estas reflexiones, sin preocuparse por ellas más que en momentos muy especiales; por fortuna (alguien diría que por fatalidad), el diseño todavía no puede. La misma actividad cotidiana del diseño, sus teorizaciones inherentes y la misma presencia de esos temas son nuestro punto de partida, nuestro hecho, incluso diríamos, si se nos permite la licencia, nuestro "Faktum".

Pero, es cierto que lo que estamos proponiendo aquí, en caso que tenga verdaderas posibilidades, es una reflexión, un ensayo para la discusión, que limita sus pretensiones en el marco de la teoría de diseño, no de la filosofía (aunque, modestamente y sin pretender ahora un debate al respecto, quizás podría ser también material para una labor filosófica ampliamente entendida). Por ello no se pretende traer los escritos de Fichte a la actualidad del diseño, esto seria llevar a cabo una interpretación totalmente fuera de lugar y seguramente sin interés. A la inversa, se pretende sólo observar algunas de nuestras preocupaciones de teoría y de práctica del diseño a la luz de uno de los giros argumentales de éste autor. Pero, además, teniendo en cuenta, que Fichte ha sido muy a menudo interpretado "como aquello «más allá de lo cual» se va o como aquello que se «supera»" 2, nuestra lectura debe realizarse todavía con más precaución.

A todo ello debemos añadir que, en las obras de éste autor que hemos consultado, no hemos sabido encontrar una definición explícita y concreta del término "proyecto" (Enwurf), ni de sus derivados ni de sus presumibles descripciones (como la "imaginación productiva" 3, pero también como el 'proiectum' 4 y como la "vida de la luz como principiar" 5). Por ello, de momento entenderemos que, por ejemplo, las afirmaciones de Boutinet y Philonenko 6, que hacen mucho hincapié al respecto de la importancia de éste concepto en la obra de Fichte, son afirmaciones deducidas a tenor del pensamiento expresado en la totalidad sus escritos y no tanto a partir una formulación explícita. A ello debe añadirse que él mismo muestra claras negativas a su posible interpretación como proyecto en un marco de representación 7, y por ello tampoco en la representación de las acciones productivas a las que alude la actividad proyectual del diseño.

Si las respectivas nociones de proyecto en el diseño y en la obra de Fichte no son ni mínimamente comparables, parece que no podamos esperar mucho de la presente indagación. Sin embargo, en lo que sigue pretendemos mostrar su interés.

Situación inicial: El proyecto protagonista

En primer lugar, es necesario recordar, muy brevemente, los contenidos que se propusieron en la anterior ponencia. El objetivo fundamental fue la presentación del libro de Boutinet como base o ejemplo de una investigación que ofrecía la posibilidad de indagar en la complejidad del aspecto proyectual del diseño. Se planteó que dicho texto podía aportar, tal vez, unos trazos iniciales para esta investigación, sin que, con la astucia de alguna convención premeditada sobre la naturaleza del ser humano, el diseño tuviera que quedar reducido a una candorosa actividad proyectual que resuelve supuestas necesidades definidas, comunes y constantes, de la vida cotidiana. El hecho de considerar el proyecto como actividad y criterio en la historia, y no los contenidos que maneja, parecía evitar ese constante cul de sac a que vienen a parar en una especie de ritual tantas y tantas propuestas de diseño.

Se planteó que debía partirse de un esfuerzo crítico que a su vez pudiera recuperar el estímulo originario de anteriores trabajos en éste mismo sentido, como, por ejemplo, la propuesta «metacrítica» de Bonsiepe. Frente a la oposición entre la necesidad de determinación proyectual y el irreductible carácter histórico del diseño se propuso:

"un marco de investigación antropológico sobre la acción proyectual, entendiendo que, en el desarrollo histórico de esta actividad pueden aparecer estados específicos de este fenómeno, siendo quizás uno de ellos el mismo diseño. El debate entre las investigaciones antropológicas específicas del proyecto y las indagaciones historiográficas sobre la aparición y vicisitudes del diseño podría aportar el marco de esta nueva labor crítica de su teoría".

Atendiendo a uno de los comentarios que surgió a raíz de esta anterior ponencia, tenemos que reconocer que el término "antropología" nos sugiere un tipo de labor investigadora que ya hace años que se lleva a cabo y, por ello, es difícil entender que nuestro ofrecimiento de indagación posea alguna nueva particularidad. Sin embargo, creemos poder sugerir que a partir del texto de Boutinet se pueden proponer dos componentes que, como mínimo, han sido muy poco desarrollados. Se trataría de concentrar la atención en la labor proyectual como protagonista en su propio desarrollo y, en segundo lugar, de entender que el proyecto:

"se ha impuesto como principio imprescindible (como único automatismo procedimental)"

Y quizás también como principio moral. En éste sentido y teniendo en cuenta las vicisitudes de la actividad proyectual en los siglos XIX y XX, el diseño aparecería como la actividad que se compromete, bajo un supuesto mandato ético y cultural, a recuperar el protagonismo de esta actividad.

El plan de investigación que esbozamos en la anterior reunión y que acabamos de recordar necesita de numerosos estudios sobre el proyecto en su aplicación en los sistemas de fabricación, construcción, impresión, etc.. En la medida en que acertemos en la propuesta, ésta podría ser también una orientación para los trabajos sobre la historia del diseño. Pero, como este plan se concentra en la labor proyectual, es decir, en los aspectos más abstractos de la producción, todos esos estudios se ven íntimamente arrastrados también a una indagación igualmente imprescindible sobre la misma evolución de las ideas y sobre el mismo hombre, historia, conocimiento, ética, etc., tan pormenorizados, extensos y continuados como los estudios de los sistemas productivos de los que parte. Dicho de otro modo: se hace presente el carácter proyectivo (lanzamiento, descarga transcendente) de la misma labor proyectual, se descubre en qué gran medida vienen mezclados y confundidos los términos "proyección" y "proyectación".

Es en este sentido que creemos que la lectura de Fichte puede aportar una mayor comprensión de la labor proyectual del diseño a pesar de estar en un "registro" totalmente desigual. Quizás en los textos de este autor encontremos la formulación de éste protagonismo proyectivo de cada acción proyectual finita que hoy desea recuperar el diseño. Tal vez ellos consituyan históricamente el documento más explícito que establece dicho mandato ético y cultural.

El proyecto en la obra de Fichte según Boutinet

Boutinet enmarca el sentido del proyecto en la obra de Fichte en una linea que va desde Kant y J.-J. Rousseau hasta el presente, pasando por Husserl y Heidegger. Para él, es tanta la actualidad de la propuesta fichteana que incluso afirma que la única diferencia con Sartre es sólo la visión teológica del filósofo alemán 8. El pensamiento de Fichte se entendería en relación a los principios de la Ilustración y, por ello estaría comprometido con la nueva sociedad industrial 9 (industrial burguesa) a punto de iniciar su frenético y hasta ahora imparable desarrollo. Es el compromiso de fundamentar tanto el Conocimiento fiable como el Derecho del Estado moderno a partir del absoluto práctico, de la ética de la acción (sobre la legitimidad de las decisiones). Siguiendo la lectura de Boutinet, el fundamento del devenir humano, de éste devenir ilustrado, es precisamente el proyecto como unidad dialéctica de la conciencia y de su objeto.

"l'absolu de l'avenir humain et existentiel c'est le projet, l'unité dialectique de la conscience et de son autre". 10

El proyecto sería subjetivo en tanto que creación (está en el sujeto), pero se "pondría" como exterior a la subjetividad, como objeto opuesto al sujeto en el que éste se podría consumar efectivamente.


A partir de esta interpretación, que acabamos de resumir muy brevemente, podemos comprobar de manera explícita como Boutinet, aún sabiendo la prioridad de la razón práctica, de la libertad, en la obra de Fichte, nos introduce a una visión psicologista de sus ideas. Como si se tratara de un modelo científico:

"En faisant prendre conscience de la haute signification dialectique de l'oposition Moi-Non Moi, il aura préfiguré les travaux à venir des phénoménologues, voire même des psychologues" 11

Como si fuera posible una traducción a los fundamentos de la misma psicología topológica:

"L'opposition fichtéenne Moi-Non·Moi sera donc retraduite par les psychologues contemporains dans l'expression «Interaction Individu-Milieu», postulant de base de toute la psychologie actuelle."12

No podemos olvidar la explícita procedencia transcendental (aunque inquietantemente antropológica de Kant) de las afirmaciones de Fichte antes de entrar en una interpretación transcendente, es decir, antes de "aplicarlo" como sentido de nuestras presuntas videncias "empíricas" sobre lo humano.


Si aceptáramos sin más la oportunidad de esta psicologización, también nosotros nos sentiríamos autorizados a hacer una adaptación cognoscitiva y metodológica para el diseño. Podríamos entender que la escisión irreductible entre el control del desarrollo proyectual y la producción y uso del artefacto industrial, (a la que nos vemos limitados una y otra vez en la metodología de diseño), se vería superada: cada proyecto sería la unidad de la prefiguración de su contenido (Yo) y de la realización como artefacto (No·Yo). Pero, además, nos atreveríamos a afirmar también que es esta unidad, como fundamento general, la que despertaría proyectivamente el progreso efectivo de la humanidad, pudiendo hablar del diseño como relación del Yo absoluto (humano-divino) y del No-Yo (mundo artificial) interactuante.

Nuestra finalidad es mucho más modesta y vacilante, y por ello, nuestro proceder va a ser otro. No pretendemos convertir al diseño en un absoluto antropológico o metafísico. En tanto que acontecimiento histórico que se fundamenta en la acción proyectual, solamente aspiramos a comprender qué puede haber recibido el diseño de la propuesta fichteana y en que medida lo caracteriza.

Un texto de Fichte. Algunas sugerencias

Insistimos en la iniciativa de Boutinet de recuperar los argumentos fichteanos para la comprensión del proyecto. Pero, lo que vamos a exponer a continuación, parte más directamente de un texto de Fichte. De hecho, seria más correcto decir que parte de un intento de comprobar en qué medida podemos hacer caso de lo que llega a sugerirnos una de las imágenes que en él se mencionan: en algún momento parece, sólo parece, que quede autorizada, sin bien no una visión psicologista, si una interpretación aplicable a la actividad proyectual. Para la noción de proyecto, no podemos valorar ahora la importancia que tiene dicho texto en su obra, incluso debemos señalar que en algún otro escrito puede descubrirse alguna otra visión (menos clara) que no es fácil articular con ésta. Sin embargo, en los trabajos de elaboración del presente apunte, dicho texto se nos ha convertido momentáneamente en decisivo, puesto que no hemos sabido recordar otra formulación más explícita.

"Mediante el intuir mismo, y únicamente por éste, surge lo intuido; el Yo regresa a sí mismo y esta acción da al mismo tiempo la intuición y lo intuido; la razón (el Yo) en modo alguno es pasiva en la intuición, sino absolutamente activa; en la intuición, la razón es imaginación productiva. Mediante el intuir es proyectado algo, de la misma manera que, si se quiere una comparación, el pintor proyecta con su mirada la figura acabada sobre la tela, la ve antes de que la mano, más lenta, reproduzca sus contornos. De esta misma manera es puesta aquí la esfera mencionada.

Además, el Yo, intuyéndose a sí mismo como activo, intuye su actividad como si fuera trazar una línea. Éste es el esquema originario de la actividad en general, como descubrirá cualquiera que quiera despertar aquella suprema intuición en sí. Esta línea originaria es la extensión pura, lo común al espacio y al tiempo, desde la cual surgen estos últimos sólo mediante diferenciación y ulterior determinación. Ella no presupone el espacio, sino que éste la supone; y las líneas en el espacio, los límites de lo que se extiende en él, son algo completamente distinto. La producción de la esfera de la que se habla aquí sucede según el procedimiento seguido con las líneas y por ello deviene algo extenso."
13

La lectura de este esquema de relaciones entre el sujeto y su opuesto puede llevar a engaño precisamente por el uso de la imagen del pintor que se incluye a modo expositivo y que, sin embargo, lo hace más atractivo para nuestra aventura respecto el diseño.

Podría pensarse que pueden llevarse a cabo dos interpretaciones. La primera, más cercana a la experiencia proyectual técnica nos hablaría aparentemente de la autoconstitución de una especificidad proyectual (Yo) en su mismo proceder en relación con una realidad "establecida", o, mejor dicho, con una realidad con la que se compromete.


Es cierto que Fichte nos señala que el mismo espacio supone la proyección que a él se vierte, es decir, que no hay realidad establecida más que a partir de proyecciones. Pero, solamente eso no anula la no existencia de realidad sobre la que proyectarse, sino únicamente afirma que esa realidad aducida siempre proviene de una proyección y no de una materia espacio temporal absolutamente previa a cualquier proyección (como ocurre con la interpretación psicologista y la previa realidad de su modelo «individuo-medio»). Es por ello que puede utilizar la imagen de la tela como lugar donde proyecta el pintor su figura y con ella la misma tela en la que se inserta. Como sugería Ch. Alexander en la autocrítica de su primera obra, el diseño se autoconstruiría y crearía su espacio específico propio en la misma praxis proyectual real, en cada actividad proyectual (que vendría a ser aquí el No -Yo), y no en el trabajo teórico aislado de la realidad práctica y por tanto no comprometido con (no proyectado en y con) esta realidad.

La segunda interpretación atendería más a la dependencia de la proyección con la intuición (como acción) que con la imagen proyectada. Señalaría que en la autoconstitución de una especificidad proyectual (como el diseño), conjuntamente con todas las demás especificidades proyectuales, se va definiendo también la totalidad de este espacio "real" en el que progresivamente podría ir encontrando su ámbito particular. Como focos de luz dirigidos al cielo estrellado esperan encontrar, noche tras noche, su dirección particular, no interferida por la de la luz proyectada por otro foco. En este caso no hay una "tela" donde disponer una imagen de la proyección. Cada determinación proyectual se conseguirá solamente en un proceso general de ajuste mutuo entre proyecciones (acciones), no movido más que por una especie de azar de multitud que sólo al final descubrirá sus leyes, (como por ejemplo, las supuestas leyes "por fin" obtenidas del presunto "mercado libre").

A nuestro entender, ninguna de estas dos interpretaciones sería satisfactoria. El problema de la determinación y la libertad es lo que está en juego en el texto de Fichte. El error de estas dos lecturas consistiría precisamente en no hacer frente a ese problema, en obrar con excesiva y superficial urgencia. Partirían en cada caso de una solución para la legitimidad de una especificidad que presuntamente se puede y debe obtener. Entregarían la realización de dicha especificidad o bien a la necesidad fatal, incuestionable, de un determinismo (por más que el ámbito de proyección sea también proyectado, se decantan por la determinación) o bien a la representación de la indeterminación absoluta (aparentemente se decantan por la libertad) que acaba siendo el más cruel de los determinismos posibles, el azar, puesto que convirtiendo la cotidianidad en puro vértigo colectivo de supervivencia anula toda cultura y toda libertad.

"On peut tout juste dire dans la philosophie du hasard: c'est ainsi parce que c'est ainsi- et le philosophe qui afirme la nécessité radical ne dit pas autre chose"14

Sin embargo, al formular tan precipitadamente sus respectivas soluciones, las dos lecturas estarían anunciando ya (cada una por su lado y las dos en su conjunto) el alcance significativo de la cuestión tratada por Fichte: precisamente la controversia entre la determinación y la libertad.

La primera propuesta incidiría sobre la necesidad de legitimar desde un estamento previamente establecido. Aunque el ámbito en el que se proyecta estaría puesto por la misma proyección, la particularidad de éste proceder proyectual específico (diseño) vendría legitimada por él en tanto que fuera representado como algo dado. Algo así como: en la historia se ha dado esa especificidad proyectual, eso es el hecho previo incuestionable, ¿cuales han sido los argumentos (teorías) de su posibilidad? y, a partir de ello ¿cuales es el argumento (teoría) de su posibilidad en general?.

La segunda propuesta incide también sobre la necesidad de legitimar esa especificidad proyectual, pero sólo a partir de ella misma, de su propia coherencia intrínseca, de su autonomía, por lo cual considera el exterior como algo también indeterminado (a no ser que se pueda demostrar el devenir de un destino absoluto).

En el primer caso se pregunta por las leyes que han validado y, por tanto validarán al diseño, y en el segundo se pregunta por la naturaleza de esa validez, por su capacidad racional y autónoma de constituirse como esa particularidad proyectual concreta.

La lectura del texto de Fichte nos orientaría hacia esta segunda pregunta como cuestionamiento más fundamental para toda actividad humana. En su frente de pensamiento no hay cabida para admitir una duplicidad de legitimidad (ni que se alegara la procedencia de un tronco común) como se sugiere en la primera pregunta, és decir, por un lado la determinación conocida (cognoscitiva) y por otro la coherencia específica de acción (práctica) determinada por la anterior. En lo que podríamos llamar con una terminología más cercana a nuestra actividad del diseño (aunque sin voluntad de traducción concreta con Fichte) es el momento de la decisión, en su inmanencia, en su actuar, que surge la verdadera cuestión de su legitimidad, y no en el distanciamiento cognoscitivo que simplemente lo situaría en un ámbito pero sólo como representación del actuar mismo. Es ése el sentido de producción de la imaginación.15 Esa libertad, de la que pretende hacerse una especificidad proyectual para generar su posibilidad, es una libertad entre otras, es la libertad.

"la libertad principio de la Sittlichkeit [moral] y mi libertad que ha de repartir el campo con la libertad de cada uno de los otros, ambas son en el fondo la misma libertad pues ella (...), comporta la posición de sí mismo como miembro de una pluralidad en principio infinita e indiferente por lo mismo que comporta en general el reconocimiento de una pluralidad, siquiera sea para que ésta resulte, en la de-cisión, anulada en la unidad de un único e invariante." 16

Lo absoluto y el diseñar

Desde el principio somos conscientes que un caso tan modesto como la labor proyectual del diseño no debe interpretarse a la ligera con conceptos de alcance tan general y absoluto como los de la filosofía fichteana. Sin embargo, los tres prestigiosos textos que siguen muestran a nuestro entender hasta qué punto todas estas consideraciones que acabamos de exponer se acercan, incluso diríamos que están críticamente presentes, en la actividad del diseño.

"Para solucionar un problema por selección, hacen falta dos cosas:

1) Debe ser posible generar simbólicamente un margen bastante amplio de diversas soluciones posibles.

2) Debe ser posible expresar todos los criterios de solución en términos del mismo simbolismo. (...) A decir verdad, casi podríamos sostener que un problema sólo requiere un diseño(en el sentido más amplio de la palabra) cuando no se puede recurrir a la selección para resolverlo". 17

"(Diseño es) la realización de un complejo acto de fe" 18

"La coexistència de decisions condicionades i lliures és una de les condicions definitòries de l'activitat de disseny. Podem constatar que això és així tant en l'anàlisi dels seus resultats com en el seguiment crític del seu procés." 19

En estos tres casos nos encontramos en una determinación de lo que es el diseño a partir del proceso proyectual. En el primero, de Christopher Alexander, se nos habla sólo de una imposibilidad cuyo origen estaría localizado en la decisión de hacerse cargo racionalmente de la totalidad problemática (no definible por selección) de cada caso proyectual en el momento en el que, precisamente por ser problemática a partir de la Revolución Industrial, no se da espontáneamente en la producción de los artefactos. En el segundo, de John Christopher Jones, se intenta resumir el hecho según el cual la valoración de un artefacto proyectado no se puede llevar a cabo si se parte solamente de la determinación del contexto actual (tela) en el que se instala. Debe proyectarse también dicho contexto en un futuro incontrolable racionalmente.
En el último de estos tres escritos se nos expone, ya de una manera más elaborada,
que la totalidad problemática a la que debe hacer frente la actividad del diseño se refiere a la decisión proyectual, lo cual se constata también en la unidad que forma la representación (análisis) de los resultados y la conciencia de (y en) su proceso.

Por supuesto, tres textos no bastan para la demostración de la articulación del proyectar de diseño en la fichteana dialéctica de la Intuición Pura. Tampoco es nuestro objetivo entrar en la consideración de si el diseño participa de una manera más o menos fiel con tal concepto absoluto. Lo que tiene significación para nosotros es el hecho de que, en los tres casos (así como en muchos otros) se sienta la necesidad de afirmar esa unidad entre la determinación cognoscitiva en el límite de su proceder instrumental, y la conciencia de su situación histórica (respectivamente, pasado, futuro y presente de su definición procesual crítica).

Volvemos a la hipótesis de nuestra intervención en la anterior Reunión. El supuesto mandato ético y cultural para la recuperación del protagonismo del proyecto encontraría en la obra de Fichte una formulación mucho más explícita: la unidad racional del proyecto en la decisión. El diseño sería la actividad proyectual que, en la búsqueda constante e inherente de autodeterminación, convive con ese absoluto racional de la decisión. Y por la distancia abstracta en la que esta confinado (o desterrado), no puede hacer otra cosa que afirmarlo constantemente, pués en su acción repetida para realizarse efectivamente se le aparece una y otra vez como el espantapájaros al pájaro.

Pequeña nota final: Sin embargo, si esto es cierto, a los que todavía estamos en la labor profesional y académica del diseño nos deja con una gran inquietud después de lo sucedido en el siglo XX con el absoluto de la razón y su luz proyectada 20. Aunque el único proyecto que aceptamos ya es nuestra entrega a lo heterogéneo sin unidades absolutas, el reencuentro con lo más concreto y material de los artefactos, quizás esa luz proyectada que atraviesa nuestra historia desde la Ilustración nos espera en el mismo instante en el que brille otra vez una nueva especificidad para el diseño.

Tal vez, algo de eso nos advierte Dulce María Loynaz:

"Las luces sin sentido sobrecogen más que la misma sombra. Angustia de la luz...¿Quién no la conociera alguna vez? ¿A quién no sorpendió junto a su puerta ese malestar de la luz inusitada?" 21

Notas

1 Jean-Pierre Boutinet (1990-1996): Anthropologie du projet. Ed. Presses Universitaires
de France. Col. Psychologie d'aujourd'hui. Paris.

2
Martínez Marzoa, Felipe. (1992): De Kant a Hörderlin. Ed. Visor. Madrid. Pág.11.

3
López-Domínguez, Virginia. (1995): Fichte: acción y libertad. Ed. Ediciones pedagógicas. Madrid. En la página 211, nos expone una definición propia del concepto de "imaginación productiva".

"Imaginación productiva: desde el punto de vista genético, es la facultad más originaria en el hombre. Consiste en hacer oscilar la actividad subjetiva entre dos polos opuestos intentando conciliarlos. Básicamente, la imaginación pretende conjuntar la acción absoluta y la acción finita o limitada del YO, de modo que es el medio por el cual se sintetizan YO y el NO-YO. Su labor permanente de oscilación le permite ir esbozando los contornos del mundo en función de las limitaciones objetivas. Actúa tanto en la teoría como en la praxis, dirigiéndose, en el primer caso, hasta el punto que provocó la limitación del YO y, en el segundo, desbordándose más allá de él en una proyección que, en principio, se postula como infinita."

4 Fichte, Johan Gottlieb. (1804): "Die Wissenschaftslehre". En: Lauth, R., Jacob, H., (et
alt) (editores):
Johan Gottlieb Fichtes-Gesamtausgabe der Bayerischen Akademie der Wissenaschaften. Stuttgart-Bad Cannstatt. 1964. Trad. cast. Cruz Cruz, Juan.(1975): Doctrina de la ciencia. Ed. Aguilar, Buenos Aires. Pág. 247.

5
Cruz Cruz, Juan.: Op. cit. Pág. 320.

6
Boutinet cita a Philonenko:

"Le devoir aux yeux de Kant est un commandement, aux yeux de Fichte un projet".

(Philonenko, A.(1982): L'oeuvre de Kant, t.2: Morale et Politique. Ed. Vrin. Paris. Pág. 105). Boutinet. Op. cit., pág. 31.)

7 Cruz Cruz, Juan.: Op. cit. Pág. 321.

8
Jean-Pierre Boutinet.: Op. cit. Pág. 31. Ciertamente, pensamos que esta afirmación es un tanto exagerada. Sin embargo, tampoco estamos seguros que en la "imposición casi generalizada" (como lo llama el mismo Boutinet) del proyecto, e incluso en el mismo diseño, sea posible olvidar completamente las raíces religiosas, basta con recordad a Ruskin.

9
Jean-Pierre Boutinet.: Op. cit. Pág. 32.

10
Jean-Pierre Boutinet.: Op. cit. Pág. 33.

11
Jean-Pierre Boutinet.: Op. cit. Pág. 34.

12
Jean-Pierre Boutinet.: Op. cit. Págs. 34-35.

13
Fichte, Johan Gottlieb. (1796): Grundlage des Naturrechts nach Prinzipien der Wissenschaftslehre. Ed. Felix Meiner Verlag. Hamburg, 1979. Pp. 56-61. Ver pág. 57-58.


"Durch das Anschauen selbst, und lediglich dadurch entsteht das Angeschaute; das Ich geht in sich selbst zurück; und diese Handlung gibt Anschauung und Angeschautes zugleich; die Vernunft (das Ich) ist in der Anschauung keineswegs leidend, sondern absolut tätig; sie ist in ihr produktive Einbildungskraft. Es wird durch das Schauen etwas hingeworfen, etwa, wenn man ein Gleichnis will, wie der Maler aus seinem Auge die vollendete Gestalt auf die Fläche hinwirft, gleichsam hinsieht, ehe die langsamere Hand ihre Umrisse nachmachen kann. Auf dieselbe Weise wird hier die genannte Sphäre gesetzt.

Ferner-das sich selbst als tätig anschauende Ich schaut seine Tatigkeit an, als ein Linienziehen. Dieses ist das ursprüngliche Schema der Tätigkeit überhaupt, wie jeder, der jene höchste Anschauung in sich erregen will, finden wird. Diese ursprüngliche Linie ist die reine Ausdehnung, das Gemeinsame der Zeit und des Raumes, aus welcher die letzteren erst durch Unterscheidung und weitere Bestimmung entstehen. Sie setzt nicht den Raum voraus, sondern der Raum setzt sie voraus; und
die Linien im Raume, d. h. die Grenzen der in ihm Ausgedehnten sind etwas ganz anderes. Ebenso geschieht in Linien die Produktion der Sphäre, von welcher hier die Rede ist, und sie wird dadurch ein Ausgedehntes."


Las cursivas están en la edición indicada del texto de Fichte. El subrrayado es mio, para resaltar que no es posible hacer una interpretación psicológica.

14 Philonenko, A. (1976): Théorie et Praxis dans la pensée morale et politique de Kant
et de Fichte en 1793
. Ed. J.Vrin. Paris. Pág. 86.

15
Ver nota 3

16
Martínez Marzoa, Felipe. Op. cit. pág. 88.

17
Alexander, Christopher. (1966): Notes on the synthesis of form. Ed. Harvard University Press. Cambridge (Mass) y London (Eng). Ver, en edición de 1994, pág. 74. Trad. cast. Ensayo sobre la síntesis de la forma. Ed. Ediciones Infinito. Buenos Aires, 1969. Pág. 76.

18
Jones, John Christopher. (1970): Design Methods. Seeds of Human Futures. Ed. John Wiley & Sons Ltd. Chichester. Trad. cast.: Métodos de diseño. Ed. Gustavo Gili. Barcelona 1978. Pág. 4.

19
Martí Font, Josep Maria. (1999): Introdució a la metodologia de disseny. Ed. Edicions Universitat de Barcelona. Barcelona. Pág. 50.

20
Incluso actualmente, afamados diseñadores se regocijan explicando aspectos del proceso de diseño mediante analogias con la organización estratégia de la violéncia.

21
Loynaz, Dulce María. (1951): Jardin. Ed. Editorial Letras Cubanas. La Habana. Segunda edición, 1993. Pág. 235.