Reflexiones, Teoría y Cultura de Diseño

20 octubre 2004

Charla "Cibertransformaciones en la Com. Visual, más de lo mismo ¿o peor?"



Es difícil hablar de memoria, pues la pauta preparada que contenía tres o cuatro itemes relevantes no dan cuenta de la cantidad de cosas dichas en algo así como 60 minutos de conversación, clase, exposición, llamado de atención y representación histriónica. La sala bastante poblada, como siempre los asientos de atrás más llenos que los de adelante y mi humilde portátil se portó como debía con el flashcito preparado para la ocasión.
Los temas eran pocos, a saber:
- La relación osmótica entre el sujeto/diseñador y los objetos/máquina/soporte (hardwares y softwares).
- La desmaterialización de los elementos de trabajo y su influencia en el modo en que pensamos y proyectamos la disciplina.
- La homogeinización en la estética del diseño a partir de las soluciones predefinidas por los programas gráficos.
- La propuesta de Brody, planteada en una conferencia del FUSE de 1999, acerca de trascender el "Cómo" para replanterase los "Qué" y los "Por qué" del diseño.
- El acceso a la tecnología digital ¿ha democratizado la capacidad expresiva o la ha banalizado?.
- La formación profesional del diseñador debiera "volver a los apuntes" en una especie de realfabetización analógica que potencie lo digital desde perspectivas.
- Las aspiraciones del First Things First Manifesto del 2000, en que se aboga por socializar el rol del diseño y cuestionarse el paralizante servilismo disciplinario ante la demanda de diseño para asuntos no esenciales y urgentes.

Se habló un poco también de la vieja aspiración de la modernidad y la industrialización y como ésta afecta las técnicas y la metodología (tema que nos persigue desde William Morris, la Bauhaus, etc.), de cómo gentes como John Cristopher Jones y Christopher Alexander terminan denegando de sus postulados "metodologistas" ante la aparición de tecnologías que favorecen el inmediatismo y la creación de múltiples soluciones con un mínimo de costo en tiempo y dinero. Situación que se enlaza con la demanda de explicaciones y discursos propios del diseño, dadas la crisis del "diseño científico" a lo Otl Aicher o Archer, la superación del deconstruccionismo de Carson, etc.
Se habló de la usabilidad y su doble aplicación al acceso a la información y a la estética, es decir la difícil traducción formal de los postulados de Jakob Nielsen en "diseño".
También conversamos de la pugna entre la estética comercial (la que paga las cuentas), la estética predefinida de los softwares y el rol nebuloso del diseñador como traductor de briefs, operador de máquinas, creador artístico o gestor de negocios.
Por último algo se dijo de la necesidad de hablar de diseño hacia fuera, de ser entendidos por ingenieros y por abogados por igual y quizás llevar un diseñador a presidente (chiste fome). En este punto pusimos el ejemplo de mi profesor Miquel Mallol quien recomendaba explicarle la lógica de Pierce a un niño de nueve años, cosa que yo plantee a nivel de imperativo moral si queremos -los diseñadores- ser atendidos más que como hacedores de "monitos", como algo que debe salir de la nebulosa.

18 octubre 2004

Salón del Diseño

Mañana martes 19 de octubre a las 19.00, estaré dando una charla acerca de las "Cibertransformaciones en la Comunicación Visual", esto en el marco del Salón del Diseño Joven en la Corporación Cultural de las Condes, Avda. Apoquindo 6570.
Esperemos todo salga a pedir de boca. Los amigos y enemigos tienen entrada liberada.

05 octubre 2004

Del Libro "Diseñar Hoy" de Raquel Pelta, Paidós 2004

Reproduzco un par de "manifiestos" tomados del libro mencionado arriba:

First Things First Manifiesto 2000


"Nosotros, los abajo firmantes, somos diseñadores gráficos, fotógrafos y comunicadores visuales que nos hemos criado en un mundo en el cual las técnicas publicitarias y sus medios se nos han presentado de manera insistente como el lugar más lucrativo, más eficiente y deseable donde utilizar nuestros talentos. Muchos profesores de diseño y mentores promueven esta creencia: el mercado la premia; una marea de libros y publicaciones la refuerza. Animados en esta dirección, los diseñadores entonces aplican sus destreza e imaginación a vender galletas para perros, café del diseñador, diamantes, detergentes, gomina para el pelo, cigarrillos, tarjetas de crédito, zapatillas, tónicos, cerveza sin alcohol y vehículos todo terreno. El trabajo comercial ha pagado siempre las cuentas, pero muchos diseñadores gráficos no han permitido que se convirtiera en gran parte de lo que hacen. Ésta es, en cambio, la manera en que el mundo percibe el diseño. El tiempo y la energía profesionales se usan para atender la demanda de cosas que, a lo mejor, no son esenciales.

Muchos de nosotros nos hemos sentido cada vez más incómodos con esta visión del diseño. Los diseñadores que dedican sus esfuerzos ante todo a la publicidad, el marketing y el desarrollo de la marca están apoyando, e implícitamente respaldando, a un ambiente mental tan saturado con mensajes comerciales que está cambiando por completo el modo en que los ciudadanos-consumidores hablan, piensan, sienten, responden e interactúan. Hasta cierto punto estamos ayudando a elaborar un código enormemente dañino para el discurso público. Existen actividades más valiosas para nuestras habilidades de resolución de problemas. Una crisis ambiental, social y cultural sin precedentes demanda nuestra atención. Muchas intervenciones culturales, campañas de marketing social, libros, revistas, exposiciones, herramientas educativas, programas de televisión, películas, causas caritativas, y otra información –proyectos de diseño- requieren urgentemente nuestra experiencia y ayuda.

Proponemos un cambio de prioridades a favor de unas formas de comunicación más útiles, perdurables y democráticas, un cambio de mentalidad que se aleje del marketing del producto y se dirija hacia la exploración y producción de un nuevo tipo de significado. El alcance del debate se está reduciendo; debe expandirse. El consumismo está avanzando sin oposición; debe desafiarse con otras perspectivas expresadas, en parte, a través de los lenguajes visuales y los recursos del diseño. En 1964, veintidós comunicadores visuales firmaron la llamada original para que nuestras capacidades se dedicaran a un uso más valioso. Con el crecimiento explosivo de nuestra cultura comercial global, su mensaje ha llegado a ser más urgente. Hoy, renovamos su manifiesto a la espera de que no pasarán más décadas sin tomarlo en serio" (otoño de 1999).

Eye, nº 33, 1999, pag. 27. Citado por Pelta, Raquel. "Diseñar Hoy". 1ª Edición. Barcelona. Paidós. 2004. ISBN: 84-493-1533-6. Originalmente publicado en el AIGA Journal of Graphic Design, vol. 17, nº 2 (1999), firmado por 33 diseñadores gráficos y teóricos de todo el mundo.

Otros manifiestos

I

Al "First Things First" han seguido otros manifiestos como el que los alumnos del primer curso de diseño del Central St. Martins College of Arts and Design de Londres presentaron entre febrero y marzo de 2001. El "voto de castidad" de los jóvenes británicos se basaba en el Dogma95 –el escrito promovido para el cine por los directores daneses Lars Von Traer y Thomas Vinterberg- y constaba de diez puntos en los que se proponía no utilizar imágenes a menos que estuvieran directamente relacionadas con el texto, no emplear filtros de Photoshop o Illustrator, no colocar elementos superficiales, diseñar libros que se puedan sostener con la mano –en crítica referencia a los libros de gran formato-, no considerar colores especiales, ni barnices, no recurrir al pastiche, etc. (…)

II

El otoño de ese mismo año, Fabricio Gilardino, un diseñador italiano establecido en Montreal, fundó Socialist Designer, un colectivo de grafistas que sacó a la luz otro manifiesto,también basado en el Dogma95 y muy similar en sus contenidos al de los alumnos del Central St. Martins Collage.

El "Socialist Designers Manifesto" reclamaba una mayor naturalidad para el diseño. Así, siguiendo los "votos de castidad" –que hay que entender con humor-, proponía no utilizar ni fotografías ni imágenes procedentes de bancos de imágenes, no usar filtros de Photoshop, no emplear cuatricromía ni barníces e imprimir en colores planos, realizar un diseño local y eliminar cualquier elemento innecesario.


Pelta, Raquel. Op. Cit . Pags 76-78.